Ayer tuvimos la última sesión de los Labrantes de la Palabra, Tita, Juana, Carmen, Pedro y Eusebio, nos relataron las vivencias de su niñez y juventud.
El tema,que nos trajeron a debate, fue el de "la pobreza" que pasaron, y sufrieron, unos más y otros menos, en sus propias carnes..."nunca mejor o peor dicho"...
Nos relataron como vivieron sus padres, hermanos, y las carencias que padecieron.
No tenían ni un triste "mendrugo" de pan que echarse en la boca.
Su infancia, fue la de la escasez de los alimentos, la de la búsqueda de ingenio para alimentarse, la de la falta de los mas elementales productos básicos: café, azúcar, pan...
En algunos casos, la alimentación que se permitían, era la de una taza de agua de nogal por la mañana, al mediodía, un guiso con "burgaos" cogidos a la orilla de la marea, y por la noche, de nuevo, otra taza de agua de nogal.
Los más afortunados tenían en su casa una cabrita, unas gallinas, algún conejo, y en las tierras plantaban algunas papas, "boniatos", cebada y millo.
Este último producto mató mucho "jilorio", amasado con "aceite" cuando había, y sobre todo en los escaldones de leche.
La lección que nos dieron es que a pesar de la situación vivida, la vida les ha dado la oportunidad de salir adelante y que desean, fervientemente, que no se repita la historia de nuevo.
Esta fue, por este año, la última lección de unos luchadores y luchadoras que nos han transmitido grandes enseñanzas.
Gracias a ellos y al Programa "Expresiones" del Ayuntamiento.
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